Para la mayoría de las personas con las que hablo, la paz es difícil de alcanzar.

¿Qué haces para estar en paz? ¿Tal vez camina con pies de plomo para evitar molestar a alguien? ¿Hace un par de copas para relajarse? ¿Vegeta durante horas delante de la televisión? ¿Trate de resolver sus problemas con más dinero? ¿Escapa a través de una novela?

He probado algunas de esas cosas. También me he escapado de mis problemas – literalmente ¡corriendo diez millas o más! ¡Pero después de correr todavía tengo que volver a las cosas que me están estresando!

El camino para la paz

En lugar de evitar las cosas que me molestan, he aprendido a hablar con Dios acerca de cómo me siento (¡incluyendo cuando voy corriendo!). Compartir con los amigos del alma como a Cristo me ayuda a saber que Dios me escucha con compasión.

También guardo mi corazón con la paz de Dios, sometiéndome a Cristo y su reino.

Descendiendo y ascendiendo en la Paz de Dios con el Salmista

Una de mis oraciones favoritas en este sentido viene de Salmo 120, el primero de los Salmos del Ascenso. Los israelitas cantaban y meditaban en estos Salmos durante sus peregrinaciones espirituales en la que habían dejado sus hogares y sus negocios y caminaban con los amigos y la familia para el templo de Jerusalén para los días de culto, oración y celebración.

En el Salmo 120, el salmista pide a Dios en su angustia. (Los retiros espirituales a menudo comienzan con malestar emocional o agitación interna porque cuando nos desenganchamos de las responsabilidades diarias para reducir la velocidad y conectarnos con Dios, nos damos cuenta de las tensiones que hemos estado tratando de no sentir.) La gente ha mentido sobre y criticó la salmista. Él está en conflicto. De hecho, él ha estado viviendo con personas que odian la paz y son para la guerra.

¡Y por eso es que nuestro ascenso espiritual a menudo comienza con un descenso a algunas emociones inquietantes!

En medio de su angustia, proclama: “Yo soy un hombre de paz” (Salmo 120:7). Meditando sobre este versículo con el tiempo llevó una pequeña dulce oración que es parte de mi Salmos Libro de Oración. Yo la memoricé. A veces la llevo a través del día para estar en sintonía con la paz de Dios.

Mi pequeño Oración por la Paz

“Oración por la Paz” es una oración sencilla, con un poco de sabiduría profunda. La primera línea me invita a adorar a Cristo, el segundo a crecer en su paz mientras enfrento las tensiones de mi día y la tercera me recuerda a compartir la paz de Dios con otros. Culto. Crecer. Servir. Esa es la vida espiritual.

Jesús… Tú eres mi príncipe de la paz.

Jesús… Guarda mi corazón con tu paz.

Jesús… Yo soy tu (mujer) hombre de paz

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