Jueguen! ¡Jueguen! ¡Jueguen! eso es lo que nuestro amigo Papa Joe Johnson nos dijo a Kristi y a mí en nuestros tiempos de necesidad.

¿Cómo juega usted? ¿Cuándo se divierte? ¿Sabe cómo divertirse con Jesús?

Esta es una pregunta importante para su vivir y amar. El juego nos rejuvenece en el gozo feliz del Señor. Nos ayuda a conectarnos a las personas que amamos. Aligera y eleva nuestros espíritus para que mejor podamos bendecir a otros con nuestros dones. Nos protege del agotamiento. ¡Nos demuestra lo tonto que es el pecado!

Por esa razón le pedimos a Papa Joe y al resto de los miembros de la Junta Directiva de Pastoreando Tu Alma que oren por nosotros el viernes pasado cuando comenzamos un ayuno de tres días en el que dejamos de trabajar o hablar del trabajo. Amamos y disfrutamos el ministerio que Dios nos ha dado, pero debemos separarnos de él también.

Un alegre fin de semana de sabbat

Para nuestro sabbat de fin de semana, nos quedamos en una cabaña por la playa en Oceanside, CA. (¡Allí es donde nos tomamos la foto de arriba!)

Disfrutamos de un tiempo divertido con Jesús de estas maneras:

  • Caminamos por la playa
  • Nos escuchamos el uno al otro y compartimos cómo nos estamos sintiendo
  • Dormimos hasta tarde
  • Nos acurrucamos
  • Vimos una película
  • Vimos un partido de futbol (¡Kristi lo hizo por mí!)
  • Comimos helado
  • Leímos los evangelios y hablamos de Jesús
  • Respiramos con el vientre y el alma para estar presentes a Dios en el momento
  • ¡Saltamos tomados de la mano! (¡Con solo unos pocos saltitos ya se siente uno bien feliz!)

Usted quizás juegue de distintas maneras. ¡Cualquier diversión sana y feliz que es compartida con un amigo es verdaderamente una bendición de Dios! Nos pareció que Dios lo afirmaba mientras caminábamos por la playa ¡y nos topamos con una asombrosa crucecita de arena sobre una roca!

¡El yugo fácil de Jesús para ti es alegre!

Uno de los capítulos del libro nuevo de Pastoreando Tu Alma, Su Mejor Vida en el Yugo Fácil de Jesús, se concentra en ayudarnos a disfrutar a Dios como Abba. Jesús nos ministra el amor de su Papá y esto inspira nuestro juego.

Como muchos cristianos hoy día, los discípulos de Jesús no comprendían al principio su carácter juguetón. Estaban ahuyentando a los niños porque pensaban que Jesús estaba demasiado ocupado, pero el Señor reprendió a sus amigos tiesos. Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó y les dijo: Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos. Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna manera entrará en él. (Marcos 10:14-15)

Entonces el Señor Jesús abrió sus brazos y jugó con ellos (v. 16).

¡Pueden divertirse con Jesús también! ¡Ser aprendices de Cristo Jesús en el reino de Dios es divertido y alegre! Es el tipo de vida que hace la pregunta ¿Y ahora qué sigue, papá? (Rom. 8:15). Por eso es que Su Mejor Vida en el Yugo Fácil de Jesús incluye cinco aventuras sorprendentes de “¿Y ahora qué sigue, papá?”

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