El salmista profetizó: “¡Él ha dado poder a su pueblo! ¡A él sea la alabanza de todos sus fieles, de los hijos de Israel, su pueblo cercano! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR!” (Salmo 148:14, NIV). Al leerlo mi Corazón fue impactado. “Su pueblo cercano” ¡Estoy muy cerca del corazón del Señor! En Cristo, Dios se acerca a mí, a amarme, incluso ahora, en este momento. ¡Pertenezco al Señor! ¡También usted!

Recuerde que Jesús dijo: “Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor.” (Juan 15:9 NIV). Permaneced. Once veces en su evangelio Juan describen nuestra intimidad con Jesús como permanente. ¿Qué significa permanecer en Cristo?

Permanecer es muestra de afecto

Algunos maestros de la Biblia quieren reducir permanecer a obedecer los mandamientos del Señor. Ciertamente, Jesús nos enseña en Juan 15 que obedecer a sus palabras es parte de permanente en él. Pero la obediencia es más el resultado de la permanencia que la esencia de la misma. (Esto es especialmente cierto cuando la “obediencia” se define estrictamente en términos de acciones de amor, en vez de ser una persona amorosa.) Permanecer en Jesús es una forma de relacionarse y estar con él, permaneciendo en su amor continuamente. Permanecer es “íntimo y orgánico” (Juan 15:5 NVI).

Juan escribió: “A Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo unigénito, que es Dios y que vive en unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer.” (Juan 1:18 NVI). Luego en la última cena que sigue la misma idea y utiliza a Jesús permaneciendo en el Padre como nuestro ejemplo, cuando dice: “Uno de ellos, el discípulo a quien Jesús amaba, estaba a su lado.” (Juan 13:23 NVI). O en palabras diferentes, “Señor, ¿quién es? —preguntó él, reclinándose sobre Jesús.” (Juan 13:25 NIV).

Estas son las dos únicas veces Juan usa la palabra griega para el “seno” o “pecho”. Juan nos está mostrando que como Jesús permanecía cerca del corazón del Padre así que el permanecía cerca del corazón de Jesus. Juan es un ejemplo e inspiración para nosotros.

Nuestra fuente de identidad

Nuestra identidad primaria no es lo que hacemos es nuestro permanecer en Jesús. Esta es una afirmación revolucionaria con profundas implicaciones espirituales y psicológicas para nuestra identidad, el bienestar y estilo de vida.

Con Juan podemos decir: “Yo soy el discípulo a quien Jesús ama” (Juan 13:23 y 26; 20:2; 21:7 y 20) Podemos aprender a vivir en una mayor intimidad con Jesús, en un primer momento, sólo por momentos, pero a medida que crecemos en la gracia de Dios se hace más nuestra forma de ser por lo que a medida que hacemos lo que estamos haciendo estamos morando en Jesús y el Padre, la búsqueda de nuestro apoyo, el significado y la fuerza enque nos apoyamos en el pecho de Jesús.

Cuando vivimos en la realidad de permanecer en Jesús ¡cambia todo! Vamos a ser libre de muchos de los cosas que causan problemas a la gente como la depresión, la ansiedad y el comportamiento compulsivo. Y vamos a tener la capacidad divina para bendecir a los que nos maldicen.

Acérquese a Cristo

Me gustaría compartir con ustedes un poema breve que escribí para ayudarme a permanecer en Cristo. Está inspirado en el Salmo 148:14 y la experiencia del apóstol Juan y de la enseñanza en permanecer en Jesús. Le invito a meditar en silencio sobre la imagen de Juan descansando su cabeza sobre el pecho de Jesús en la Última Cena al orar estas palabras desde el corazón:

Acércate a Cristo
Cena con el Salvador
Ve su sonrisa
Apóyate en el Señor
Escuche su corazón
Deléitate en ser su discípulo

Aplicación Personal

¿Cual es una situación de necesidad o desafío en su vida que hace necesario “se acerque a Cristo”? Identificar esa situación al Señor y entonces, mientras se imagina a usted mismo en ese lugar, vuelva a utilizar la meditación para una oración en silencio. Después de un período de reflexión en silencio comparta su experiencia de Cristo con otros y oran unos por otros.

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