¿Es capaz de mantener la calma en una tormenta? ¿Cuando una situación estresante sopla en su vida con truenos y lluvia torrencial tiene usted paz? Jesús y sus discípulos estaban en su pequeño barco de pesca en el Mar de Galilea, cuando una tormenta repentina y feroz amenazaba sus vidas. Los discípulos entraron en pánico, ¡pero Jesús era tan tranquilo que él fue capaz de tomar una siesta!

Muchos de nosotros somos como los discípulos. Nos preocupamos por nuestros problemas. Tenemos miedo de las cosas malas que nos puedan suceden. Podemos entrar en pánico en una crisis. ¡O tal vez remamos con furia para salir de la tormenta!

La paz de Cristo

¿Cómo fue Jesús capaz de dormir en paz durante una terrible tormenta? ¿Cómo podía su cuerpo ser lleno de paz cuando los vientos soplaban un vendaval lluvia helada sobre él? Porque él se había entrenado a sí mismo para presentarse en todo momento al Padre en todas las cosas. No era sólo una tormenta en la que el estaba en el Reino de los Cielos que descansan en los brazos amorosos de nuestro Padre Abba. Confiaba en el Padre para mantenerlos a salvo ¡si sobrevivieron o se ahogaron!

“Paz. Quédate quieto! “Jesús ordenó a la tormenta. El viento se para. La lluvia se detuvo. El lago se convirtió en calma. Jesús transfirió la paz de Dios de su cuerpo en la tormenta.

Una oración de aliento

Ore las palabras del Príncipe de la Paz en su cuerpo y el alma: “¡Paz! Quédate quieto “” Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones “(Colosenses 3:15), orando una oración sencilla de aliento:

Inhale y apreciar la palabra de Cristo como tu susurro, “Paz…”

Aguante la respiración por un momento para abrazar la Palabra y el Espíritu en su conciencia

Exhale y dejar de lado el estrés al susurrar las palabras de Jesús a sí mismo: “Estad quietos…”

Al repetir esta oración de esta forma física está renovando su mente en la Palabra de Dios y busca sus palabras y a él para gobernar toda su persona, se filtra por debajo de sus pensamientos en sus emociones, su cuerpo, sus relaciones sociales y su alma.

Velad y orad

Después de haber descansado en Jesús y sus palabras velar y orar con Jesús (Mateo 26:41). Considere la posibilidad de una tormenta que está pasando hoy en día, o que pueda pasar más adelante. Imaginase a si mismo en esa situación …

Normalmente, cuando estás en una tormenta ¿tal vez su tentación es remar duro para salir del paso? Se quejan? O ¿culpar a alguien?

En cambio, en su imaginación y en su oración ubíquese con Jesús, no sólo en el barco en el mar, sino también en la realidad más amplia del reino de Dios. Volver a usar las palabras de Jesús como una oración aliento: “Paz… Estad quietos.”

También puede utilizar esta oración para ayudarle a interceder para alguien que tiene que aprender a ser gobernado por la paz de Cristo.

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