Si se le preguntara, “¿Qué es el amor?” ¿Cómo respondería?

La mayoría de la gente define el amor por las expresiones de la atención o la generosidad que son esenciales para el amor. O peor aún definimos el amor por tener deseo o emoción.

Muy pocos de nosotros definir el amor como el apóstol Pablo lo hizo, empezando por decir: “El amor es paciente…” (1 Corintios 13:4). ¿Por qué Pablo se centra en la paciencia? ¡Para muchos de nosotros, la paciencia es muy difícil! Conoces la broma, “Nunca ore por paciencia!”

El amor es sin prisas

El amor es paciente. Vamos a tratar de escribir esto de otra manera para ayudarnos a entender lo que Pablo está diciendo y por qué comienza allí: “el amor persiste y sufre mucho; no se irrita con facilidad o es impulsivo. El amor se mueve lento, nunca anda de prisa y siempre está dispuesto a esperar. El amor hace tiempo para notar y apreciar otras personas”.

Creo que Pablo comienza definiendo el amor, centrándose en la paciencia, porque todos los demás atributos del amor dependen de la paciencia. Si estamos en un apuro nuestra capacidad de amar se ve comprometida. Cualquier expresión de amor que usted se pueda imaginar – escuchar, hacer el bien, ofreciendo un cumplido, dando un regalo o orar por alguien requiere paciencia.

Dejando a un lado el tiempo es lo que nos permite prestar atención a los demás y sus necesidades y luego responder a ellas con amabilidad. Moverse a un ritmo relajado y no tratar de hacer demasiado, demasiado rápido da a nuestra alma el espacio que necesita para amar.

El amor comienza con Dios

Pero cuando uno lee los atributos del amor en 1 Corintios 13 ¡nunca empieza por poner su nombre en el pasaje! Muchos predicadores le dirán que haga eso. Es la teología perjudicial. Dios es amor. Dios es paciente. No te presiona para que seas más amoroso sólo porque genera el esfuerzo propio y el orgullo o la culpa.

¡Deja de afanarte tanto! Reduce la velocidad y mira a Dios en medio de ti. Confíe en el amor paciente de Dios y entonces puedes dejar que fluya a través de ti a los demás. Mediante la conexión con el Dios que es Amor recibe su bendición y el poder para ser compasivo, amable y generoso hacia los demás.

¡Eso es el amor que tu alma anhela!

En nuestro ministerio Pastoreando el alma ministramos el amor de Dios a los pastores, misioneros, líderes de ministerios y cualquier persona que anhela a Dios para que puedan compartir el amor de Dios con los demás. Lea lo que los pastores dicen sobre el efecto de Pastoreando el alma para ellos y sus ministerios.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *