“Servir al Señor con temor”, dice el salmo segundo (versículo 11). Algunas personas piensan erróneamente que temer al Señor significa acobardarse porque es malo. ¡No! ¡Dios nunca es malo!

Temer al Señor es reverenciar a nuestro Creador y Juez. ¡Es temblar ante él como el que tiene el poder de la vida y la muerte! ¡Es caer ante él frotando nuestros ojos porque su gloria es más brillante que el sol! Pero aun estas ideas no dan en el blanco en lo que es el temor de Dios.

El Mesías en el Salmo 2

El Salmo 2 es un salmo mesiánico que insinúa la naturaleza trinitaria de Dios. ¡Qué glorioso es tener un encuentro con el Padre, el Hijo y el Espíritu como nuestro Señor!

En este Salmo, vemos que el temor del Señor es mejor entendido como la posibilidad de: “¡Honrad al Hijo” (versículo 12). ¡Oh, si nos gustaría ver lo precioso que el Señor es! Nos gustaría tener mucho cuidado de no ofenderlo en forma alguna. Nos deleitamos en él con cariño siempre. Este es un temor saludable, maduro del Señor. En verdad, “El amor perfecto elimina el temor” (1 Juan 4:18).

Mi oración inspirada en el Salmo 2 le ayudará a apreciar lo precioso que es Jesús:

Besar (Honrad) al Hijo de Dios

¡Oh Jesús, veo que me sonríes! ¡Veo tus brazos abiertos a mí! En mi entusiasmo corro a ti. Me lanzo a sus brazos. Beso tus mejillas una y otra vez. Yo pongo mi cabeza en su pecho.

¡Jesús! ¡Jesús! ¡Dulce Jesús! Su cruz es la salvación de mi pecado. Su nombre es la miel en los labios. Su Espíritu es el agua para mi alma sedienta. Su palabra es el pan del cielo para mí vivir.

Jesús, tú eres lo más querido para mí. Tú eres el Uno en que me deleito. Cautivas mi interés como nadie ni nada más. Para estar cerca de ti, en tu reino en el cielo como en la tierra. ¿Cómo pude ser tan privilegiado y honrado como para ser acogido en sus brazos de amor?

Todas mis preocupaciones se ponen a descansar cuando hablo simplemente su nombre: ¡Jesús! Todas mis heridas son sanadas cuando te abrazo. Todas mis ambiciones no significan nada a tu lado. Los tropiezos no tienen importancia cuando miro en su hermoso rostro. Cuando fallo y cuando consigo todo lo que realmente importa que sea su gracia.

Cuando la gente me critican me acuerdo de tu cruz, oh Cristo. Cuando me alaban Recuerdo para darte la gloria a ti. Si me apoyan o me decepcionan, doy gracias por su amor fiel. Ya sean amigos o enemigos que busco para bendecirles como tú me has bendecido.

Jesús, mi Señor y Salvador, mi Sanador y Maestro, su padre se ha convertido en mi Padre y tu Espíritu ha venido a vivir en mí ¡oh, cómo te doy las gracias! Sólo tú eres mi refugio, mi lugar seguro, mi lugar de ocultación. Tú eres mi amigo del alma secreto, mi único amigo esencial – ¡Me encanta conversar contigo todo el día!

¡Qué amor, alegría y paz son míos! ¡He besado el Hijo de Dios! ¿No le gustaría besarlo también?

Haciendo Jesús el deseo de tu corazón siempre pone todo de su vida en la perspectiva correcta y es la respuesta a todos sus problemas. Probablemente no escuchará muchos psicólogos cristianos dicen eso, pero he encontrado que es verdad para mí y para la gente que ayudo.

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He escrito muchas otras oraciones de los salmos que se pueden utilizar para cultivar una mayor devoción al Señor Jesucristo. Un favorito es Jesús es suficiente para mí.

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