¡Santo, profundo y completo!

¡Me encanta meditar en la Trinidad! ¿Qué dulces oraciones vienen de contemplar la Divinidad! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! Padre, Hijo y Espíritu. Dios es tan poderoso, tan hermoso, tan bueno. ¡Él es Dios! Y sin embargo, es humilde. Ver la humildad y su amor sacrificial cambia todo acerca de cómo nos vemos y cómo nos relacionamos…