Cada año, durante la temporada de Navidad elijo un personaje de la escena de la natividad para pasar algún tiempo leyendo acerca de las Escrituras mientras oro y escucho al Señor. Esta Navidad me he sentido atraído por pasar tiempo meditando en la experiencia de los pastores.

No sólo estaban haciendo su trabajo, cuidando de las ovejas durante la vigilia de la noche. Las cuidaban de sus enemigos, los leones y los osos, ¡eran su principal alimentación! Estaban trabajando, siendo fieles a lo que Dios les había dado para hacer.

A pesar de que, muchas veces, eran poco apreciados por el trabajo sucio lo hicieron, no fueron no apreciados por Dios. A pesar de que fueron rechazados y despreciados como trabajadores de nivel bajo, era gente que no parecía ser calificada, respetada o poderosos en su día, Dios vio su fidelidad y sus corazones y Él quería que fueran una parte de lo que estaba haciendo aquí en la tierra. Así, se les apareció en una luz brillante y una hueste de ángeles dejándoles saber que estaba haciendo al traer a su Hijo, un Salvador, Emmanuel – ¡Dios con nosotros!

Los pastores cuando oyeron esta gran noticia estaban ansiosos por ver lo que el Señor les había dicho que estaba haciendo. Así que se fueron, aunque eso significara poner en peligro a sus rebaños, dejaron de ir a ver esta cosa, para ver este bebé, el Rey de Reyes, Emmanuel – Dios con nosotros. Y entonces cuando vieron, ¡comenzaron a contar lo que habían visto y la noticia se extendió gracias a ellos!

Lucas 2:8-20 habla de cómo María meditaba y guardaba todas estas cosas en su corazón. Dios utiliza incluso el testimonio del pastor en venir a animar a María con lo que Dios estaba haciendo a través de ella, alrededor de ella y con su obediencia y sacrificio.

Al reflexionar sobre esto, a menudo me he identificado con los pastores y me sentido como, “¿Quién soy yo para ver la acción de Dios y participar con Él y verle usarme?” Y aun lo hago.

Últimamente, he sido el exceso de trabajo. ¡Es muy emocionante ser parte de lo que Dios está haciendo! Quiero ser parte. Quiero ser fiel. Pero, lo he hecho hasta el punto de descuidar el cuidado de mi alma. ¡Enseño contra esto! Sé que las señales de advertencia y las comienzo a sentir.

Anoche Bill y yo nos sentamos a programar una serie de eventos del ministerio para el Año Nuevo y mi corazón fatigado, no me sentía capaz de hacer compromisos. Después de reflexionar, me di cuenta que no estaba pasando suficiente tiempo, como María, meditando en su corazón a Dios mi Dios y adorarlo como los pastores adoraban con los ángeles.

Afortunadamente, Dios en su misericordia siempre me provee un día de reposo. Me tomé el día libre y me demoré para empezar el día, descansando en la cama bajo las sábanas, ¡simplemente déjenme adorar al Señor. Reflexioné y atesoraba en mi corazón todo lo que le he visto hacer y la bendición de participar con Él.

¡Sí, este es el ritmo de vida al que Dios me llama! Es un ritmo que incluye sábados de descanso. ¡Restaura mi alma! Me siento renovada y agradecida, una vez más. Estoy fascinado con Jesús y no distraída con el trabajo y las necesidades de la grey.

Espero que también tu responderás a su invitación para parar, para adorar, para reflexionar sobre todo lo que Él nos ha enseñado, no ha mostrado y dado a hacer en su reino. Oro para que haga todo lo que haces con él, por medio de su poder y de su gloria en esta Navidad y en el Año Nuevo.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *