¿Ves a un receptor dominante cuando me ves mi foto de niño con mi uniforme verde de fútbol americano? Ni yo tampoco ni mi entrenador de fútbol americano de la escuela secundaria que esperaba ¡que perdiera el balón! Así que se me quede atascado en el medio de la línea ofensiva como defensa. Ahora él quería que bloquee el taclee defensivo y abriera paso a un funcionamiento rápido y fuerte de nuevo para llevar la pelota. ¡Pero mi padre veía a un corredor estelar cuando miraba a mí!

Yo soñaba con ser un gran receptor y anotar touchdowns para mi equipo. Mi papa fue jugador de fútbol de la Prepa y era fan de Chicago y yo quería ser como él. Incluso como un niño pequeño me enseñó cómo sostener el balón de fútbol fuerte para que nadie pudiera golpearlo fuera de mis manos. (¡Yo no recordaba esa lección en esta foto!)

A Papá y a mí nos encantó a hablar de fútbol y echar porra a los osos de Chicago todos los domingos, pero no éramos más que espectadores, que jugábamos juntos. Tuvimos un gran patio y a él le encantaba salir a la calle y lanzar la pelota de fútbol. ¡Mi parte favorita era sin embargo cuando el pateaba la pelota y le pegaba hacia arriba realmente alto y la cogía y me correteaba hasta la línea de meta!

Papá no sólo fue a todos mis juegos para animarme, incluso iba a mis entrenamientos. Cuando vio mi entrenador me recluto como un guardia de bloqueo él sabía que yo no era feliz. Más tarde sacó mi entrenador a un lado, lo miró a los ojos y sin hacer una escena, le dijo clara y confiadamente: “¡Mi hijo no es un bloqueador él es un corredor. Ponga el balón en sus manos y no te arrepentirás! “¡Así que me puso a jugar al corredor durante toda la temporada!

Mi juego de campeonato, súper tazón.

Unos años más tarde, cuando yo estaba en la Preparatoria, aun era un corredor pero  no era muy rápido y era uno de los chicos más pequeños del equipo, así que estaba en la lista de la banca hasta abajo en la parte más profunda, sin esperanza de entrar en un juego real. Pero justo antes de que comenzara la temporada, nuestro enorme jugador inicial fullback se lesionó y su suplente se enfermó. ¡Nuestro entrenador me puso como titular para el primer partido!

Terminé  comenzando cada juego (¡que ganamos!) Y en el último partido de la temporada, el partido del Super Bowl , el campeonato estábamos perdiendo por tres puntos y estaban a cinco metros de distancia de la línea de gol. El tiempo se agotaba en el reloj de juego y nuestra calidad de invicto estaba en juego. El entrenador llamó un tiempo fuera y corrí a la línea lateral para obtener el juego. Hizo un llamamiento para que tomara el paso de nuestro mariscal de campo y correr por el centro, justo al lado de la guardia izquierda. Él me dio una palmadita en la espalda y exclamó: “¡músculos de trueno, eres nuestro hombre. Ve a conseguir un touchdown!”

Cuando recibí el pase me cayó cerca de la línea, seguí bombeando las piernas, con toda fuerza de  tackleador , empujó con fuerza sobre otro y me lancé a través de la línea de gol,¡ anotación ! ¡Hemos ganado! ¡Terminamos la temporada invictos! ¡Miré a mi padre y levanté mi puño!

El regalo de animar.

La mayoría de nosotros sólo somos capaces de elevarnos al nivel del estímulo que recibimos,  realmente nos animamos cuando de nuestro padre, un entrenador,un mentor o un amigo que cree en nosotros. En mi caso, mi padre me puso en una posición para tener éxito. Eso es lo que animadores hacen: ellos ven potencial en ti, lo llaman de dentro de nosotros  y nos dan una oportunidad.

El apostol Pablo escribió: “Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo.” (1 Tes. 5:11 NVI). Él aprendió a ser un animador al ser alentado por Bernabé. Usted recuerda que en el libro de los Hechos de los Apóstoles que Pedro, Santiago, Juan y otros líderes de la iglesia no confiaban en Pablo pues era conocido como el asesino de cristianos, pero Bernabé avalada a Pablo y consiguió que lo aceptaran en su grupo (Hechos 9:27). Debido a Bernabé, Pablo pasó a convertirse en el gran “Apóstol de la Gracia” y un pastor que animaba y alentaba, mentor de otros pastores como Silas, Timoteo, Tito, Epafrodito, y otros.

Tuve la bendición no sólo de marcar el touchdown ganador en mi juego de campeonato de Super Tazon, pero también para liderar nuestro equipo en anotar ese año. ¿Quién hubiera pensado que el último jugador de remplazo, demasiado pequeño, demasiado lento en el  equipo podría hacer eso? ¡Mi padre! ¡Mi estupendo Papá super Tazon!

¡Gracias papá! Su aliento vive en mí hoy, como Dios también me ayuda para alentar y ministrar a pastores, líderes de ministerios, consejeros y todo tipo de personas.

“Anímense unos a los otros cada día” (Heb. 3:13). (Este y los “Unos a otros en las Escrituras” ¡son una bendición!) ¿Necesita ánimo hoy? Pidaselo a Dios ayuda y asuma el riesgo de hablar con un amigo o mentor acerca de lo que está pasando. ¿Quién necesita que lo anime hoy? ¡Una palabra de afirmación o una oración para su corazón pueden hacer una gran diferencia!

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