“Soy un adicto en recuperación de una vida de prisa y no me refiero a la droga”, escribe Alan Fadling en su nuevo libro, Una vida sin prisas. “Estoy hablando sobre el ritmo interno de mi vida. Siempre me pareció estar en una prisa. Yo era el chico que buscaba el carril de más rápido movimiento en la autopista, la cola de la caja más corta en la tienda de comestibles y la forma más rápida de terminar un trabajo.”

Me relaciono con la historia de Alan. Probablemente también tu o alguien a quien amas. Alan y yo hemos hablado acerca de las tentaciones de la “enfermedad de la prisa” y cómo vivir una vida más pausada.

Síntomas de la abstinencia

Alan describe su primera experiencia de desaceleración intencional en una clase de seminario que tuvo hace años cuando servía como pastor del campus de la universidad. “Parte del curso era tener un par de largos retiros de un día que me dio un tiempo prolongado de la soledad y el silencio con Dios. El primer retiro provocó en mí síntomas de abstinencia como los que experimentan los adictos a las drogas durante su primera semana de rehabilitación. Yo no sabía qué hacer conmigo mismo si yo no estaba resolviendo algo, ir a algún sitio o ayudando a alguien. El ritmo acelerado de mi vida fue expuesto.”

“No había nada que pudiera hacer en el retiro mas que escuchar y nadie con quien podría estar con excepción de Dios mismo.”

Sin prisas con Jesús

Alan encontró su camino en la paz de Cristo y una vida sin prisas. Sin prisas. Imagine vivir en nuestro mundo de hoy sin tener prisa. ¿Cómo lo hace? ¿Cómo ser adicto en recuperación de vivir de prisa? Hay que recalibrarse a si mismo regularmente con TEC “Tiempo Extendido de Comunión personal” con Jesús. En su ministerio a pastores y líderes les ayuda a unirse a él y vivir y guiar a los demás a una profunda conexión permanente con el Señor.

Aprender a utilizar la Soledad y Silencio con Jesús es la llave a una vida sin prisas. Un día, cuando Alan y yo estábamos tomando café Le hablé de una conversación reciente que tuve con Dallas Willard. Dallas me había preguntado: “Si tuviera una palabra para describir a Jesús, ¿cuál sería?”

Comenzaron palabras a correr a través de mi mente y de mi boca: Amor… Compasión… Santo… Señor… Maestro… Resucitado… Sanador…

Mientras lo hacía a menudo en mis conversaciones con él, Dallas esperó en silencio para que yo pensara. Él andaba sin prisas. Me sentí atraído por su oración en silencio. Por último, le pregunté cuál era su sola palabra para Jesús.

Relajado.

¿Relajado? ¡Apuesto a que no estabas pensando esta palabra!

Es cierto. Jesús tiene un yugo fácil para nosotros. “Dallas Willard en una palabra para Jesús” nos enseña a vivir sin prisas con Jesús, “libremente y ligeramente” en sus “ritmos de gracia” (Mateo 11:28-30, El Mensaje)

Usted puede solicitar una copia de Una vida sin prisas en la web de Alan Fadling.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *