¿Dónde están los líderes espirituales en nuestras iglesias, organizaciones cristianas y familias? En su papel de liderazgo como pastor, anciano, consejero, líder de grupo, supervisor, o padre estás conduciendo de acuerdo a la cultura o a la forma de Jesús?

Para liderar como Jesús significa dos cosas: someternos a Dios y servir a la gente.

Los Líderes Espirituales se someten

La forma de nuestra cultura es tomar el control, presionar para salir adelante y afanarse hasta conseguir lo que quieres. Pero Jesús nos muestra lo que la sumisión es en el liderazgo. Nos muestra a un líder que es manso y humilde de corazón, unido al yugo de Dios (Mateo 11:25-30).

Una y otra vez Jesús dijo: “Yo sólo hago lo que veo hacer al Padre” (Juan 5:19, par). “El ritmo de la vida de Jesús” puso la primera prioridad en la intimidad con el Padre y él se mantuvo sometiéndose al liderazgo del Padre para que su vida y liderazgo fluyeran en las corrientes del Espíritu de amor y sabiduría del Padre. Si es necesario, Jesús estaba preparado para ” Irrumpir en oración” con el fin de permanecer bajo la dirección del Padre y la unción del Espíritu Santo (Mateo 11:25, NVI).

Los líderes Espirituales recogen la toalla

La forma de nuestra cultura es que andemos de prisa. Nos apresuramos a hacer más cosas. Nos apuramos para llegar a donde queremos ir. Pero cuando nos damos prisa perdemos el contacto con Dios y somos negligentes para atender a las personas que nos rodean.

Cuando Jesús tomó una toalla para lavar los pies de sus discípulos en la Última Cena no estaba haciendo un acto religioso, estaba sirviéndoles, simplemente haciendo lo que había que hacer y la limpiando sus pies sucios (Juan 13:1-17). Esta bondad sin prisas es un ejemplo de cómo Jesús vivió toda su vida. Estar sin prisas le ayudó siempre a cuidar de los que le rodean.

Un ejercicio para practicar Liderazgo Espiritual

Para seguir el camino de Jesús en su papel de liderazgo requiere resistencia a la apresurada mentalidad de “lograr que suceda” de nuestra cultura. En su lugar, vamos a ser como el pastor que cuida el rebaño, no como teniendo señorío sobre ellos o que buscan ganancias egoístas, sino sometiéndonos humildemente a Dios y servir a los demás. Este es el camino de nuestro Buen Pastor. (1 Pedro 5:1-5)

Por ejemplo, recientemente he estado esperando en la oración con el Salmo 130:5-6: “Espero en el Señor, espera mi alma. Y en su palabra he puesto mi esperanza. Mi alma espera al Señor más que el centinela espera en la mañana, más que el centinela espera enla mañana. “(Ver” Las oraciones simples del corazón.”)

Trate de esperar a Dios en la oración en primer lugar. Antes de tomar una decisión importante. Antes de una conversación. Para iniciar una reunión de personal, en grupos pequeños, o reunión familiar. Incluso unos pocos minutos meditando en una Escritura y esperando en Dios en oración, ya sea solo o con un grupo que está guiando, le ayudará a guiar como Jesús.

 

 

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