“Los días pasan, los años se desvanecen, y caminamos como ciegos entre los milagros.”

Estas palabras de advertencia de una oración del sábath judío son tan ciertas para la mayoría de nosotros, la mayoría del tiempo. Con qué facilidad nos preocupamos con el trabajo o nos sentimos agobiados por la preocupación. Nos olvidamos de prestar atención a la belleza y la bondad de Dios en todo lo que nos rodea.

Nos perdemos de ver los milagros de Dios.

Ven a Jesús

Pero Jesús todavía abre los ojos de los ciegos. ¿Cómo? Con su toque. Con la invitación más maravillosa, “Venid a mí… y hallaréis descanso para vuestras almas.” (Mateo 11: 28-30).

Descanso para el alma. Paz. Es en el abrazo de Jesús. Está en el soplo del Espíritu. Es para ahora. Es para usted. Es para mí.

Hazlo. Pausa. Tome una respiración profunda. Medita en una Escritura como:Por consiguiente, queda todavía un reposo especial[e] para el pueblo de Dios; 10 porque el que entra en el reposo de Dios descansa también de sus obras, así como Dios descansó de las suyas. 11 Esforcémonos, pues, por entrar en ese reposo, para que nadie caiga al seguir aquel ejemplo de desobediencia. “(Hebreos 4: 9-11, NIV).

Con la Palabra de Dios en tu corazón mira al cielo y di una oración…

Experimentarás milagros. Su corazón se abrirá a la belleza de las flores, la risa, una taza de té caliente, un buen libro, una siesta, una conversación relajada. Usted experimentará Jesucristo y llenos de su amor, listo para desbordarse a las personas cercanas a usted.

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“Seis Palabras sin prisas” le ayudarán a descansar en Dios.

 

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