Dios nos dice: “Siéntate,” ¡pero para muchos de nosotros es un problema hacer esto!
Es especialmente difícil para los que somos líderes, pastores o aun consejeros. Corremos por delante para hacer las cosas. Nos ponemos de pie para hacernos cargo o para ayudar a la gente. ¡Pero no nos gusta sentarnos y esperar! No somos buenos para escuchar con paciencia.
Es difícil para las personalidades activas creer que vamos a lograr más realmente si primero nos sentamos delante del Señor y deleitamos en él, esperando a ver lo que está haciendo, escuchando lo que dice y depender de El al seguir su guía.
David se sentó, pero luego rápido se paro
Salmo 110 comienza con David diciendo: “Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.” (Salmo 110:1)
De hecho, se decía del rey “, David se sentó” (1 Crónicas 17:16). Él era un buen líder cuando se sentó ante el Señor. Al principio de su vida (cuando tantos de sus salmos fueron escritos) leemos siete veces en el relato de Samuel que David “preguntó al Señor” (1 Samuel 22:10, 23: 2, 4,12; 30: 8; 2 Samuel 5:19, 23). Una vez que Dios le dijo que esperara salir a pelear con sus enemigos en batalla hasta que escuchara la voz de Jehová y de sus ejércitos de ángeles marchando delante de él sobre las copas de los árboles de bálsamo (2 Samuel 5: 22-25). David tuvo éxito porque escuchó y obedeció al Señor.
Pero entonces el rey David se hizo demasiado confiado y autosuficiente. Andaba inquieto. Ya no estaba su alma satisfecha en Dios. Dejó de sentarse delante del Señor. Dejo de preguntarle a Dios. Luego tuvo su golpe moral y su familia y su reino se vino abajo. Más tarde volvió a confiar en Dios.
Vemos la misma historia que se repite una y otra vez entre los líderes cristianos y los consejeros de nuestros días: los que no disfrutan de sentarse delante del Señor son candidatos probables para un golpe moral o agotamiento a causa del estrés que hará le daño y a todas las personas en su círculo de influencia.
Jesús se sentó
El Salmo 100 es profético sobre Cristo. El fue el líder perfecto que cumplió estas palabras y vivió en una postura de estar sentado delante del Padre. Esperó dieciocho años antes de comenzar su ministerio público. En todas las cosas Jesús se sometió al Padre y esperó a seguir su guía (Juan 5:19, 12:49). Este fue el origen de su amor y poder.
¿Es su costumbre de sentarse delante del Señor? ¿Estás escuchando su voz, para seguirle?
Vas a ser un mejor líder. Vas a lograr más.
Líderes como Pastores del alma
El mejor líder ministra a los demás como pastoreando el alma por Jesus y con Jesus.
“El ministerio comienza en el reposo de Dios” le anima a ofrecer su servicio a Dios de la manera correcta para que no se agote o truene.
¿Qué pasa si en las reuniones de planeación de la iglesia y otros ministerios se hicieran conforme al espíritu del Salmo 110 en vez de como un negocio secular? ¿Por qué dejamos de lado la oración y la dependencia de Cristo, cuando es el momento de “ir al grano”? “Invitemos a Jesús a ser el líder de la Junta”, explica la forma en que nuestro ministerio pastoreando el alma dirigir las reuniones y grupos como seguidores de Cristo, según el Espíritu Santo en el proceso. Esto es lo que enseñamos a los pastores, ancianos, presidentes de asociaciones civiles sin fines de lucro, entre otros.